La revolución exprés de Obama

EE. UU. se sacude de las decisiones del presidente saliente: acabó con la política migratoria hacia Cuba, levantó algunas sanciones a Sudán y esta semana podría conceder polémicos indultos.

Redacción Internacional
14 de enero de 2017 - 04:14 a. m.
El presidente Barack Obama, el día de su despedida en Chicago.  / AFP
El presidente Barack Obama, el día de su despedida en Chicago. / AFP
Foto: AFP - SCOTT OLSON

Aunque se pensaba que los días convulsos en Washington llegarían el 20 de enero, cuando Donald Trump se posesione como el 45º presidente de Estados Unidos, las últimas horas de Barack Obama en la Casa Blanca se antojan muy agitadas.

Luego de su emotivo discurso en Chicago, pidiéndoles a los estadounidenses mantener la esperanza, el mandatario anunció polémicas decisiones. La primera y que más ha provocado reacciones: acabar con la política de pies secos/pies mojados, que permitía a ciudadanos cubanos obtener residencia en el país aun tras haber ingresado clandestinamente, para pasar a tratarlos como a los inmigrantes de cualquier otra nación.

Mientras muchos consideraron esa decisión del gobierno saliente de Barack Obama como una nueva concesión al régimen cubano, otros se manifestaron de acuerdo y consideraron que es una medida “sana”.

La política de pies secos/pies mojados daba a los cubanos, desde 1995 y hasta hoy, la posibilidad de obtener la residencia permanente un año después de llegar a Estados Unidos, incluso si lo hacían ilegalmente, siempre que no fueran interceptados en el mar. Según un comunicado de la Casa Blanca, Obama consideró que la política pertenece a otra era y su fin contribuirá a normalizar las relaciones entre La Habana y Washington.

Desde el 1º de octubre pasado, cuando comenzó el año fiscal, por lo menos 1.806 cubanos han intentado emigrar a Estados Unidos por vía marítima, según la Guardia Costera de EE. UU.

Al mismo tiempo dejó sin efecto un programa especial que permitía a médicos cubanos solicitar asilo a las autoridades estadounidenses en cualquier país del mundo.

El experto Geoff Thale, de la entidad Washington Office on Latin America (WOLA), dijo a la AFP que “va a ser muy difícil para el presidente Trump revertir esa decisión, porque tiene mucho más en común con su política antiimigrante”.

A siete días de dejar el cargo, la administración de Obama también decidió hacer un despliegue de soldados en Polonia que no tenía precedentes. “Es una respuesta a lo que está haciendo Rusia”, declaró a la agencia de prensa báltica BNS la estadounidense Rose Gottemoeller, secretaria general adjunta de la OTAN.

Los tanques estadounidenses franquearon el jueves la frontera polaco-alemana como parte de uno de los mayores despliegues militares de Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría, lo que suscitó la cólera de Rusia, que ve en esas maniobras una “amenaza” a su seguridad.

“El despliegue de la brigada de 3.500 soldados, 87 tanques y 144 blindados Bradley es proporcional y mesurado”, dijo Gottemoeller, que recalcó que es una medida de “disuasión y defensa”.

Obama también ordenó el levantamiento de algunas sanciones económicas contra Sudán, por considerar que Jartum hizo avances en los últimos seis meses. El presidente saliente destacó en particular “una marcada reducción de las actividades militares que culminaron en un compromiso de mantener el cese de las hostilidades y en esfuerzos para mejorar el acceso a la ayuda humanitaria en todo el país”. Sudán está en la lista estadounidense de “estados que apoyan el terrorismo”.

Varios analistas señalan en la prensa que esta revolución exprés de final de mandato de Obama comenzó cuando su gobierno permitió que el Consejo de Seguridad de la ONU condenara los asentamientos israelíes. Rompiendo con su postura tradicional, Estados Unidos renunció a vetar este texto crítico con Israel y se abstuvo, mientras que los otros catorce miembros del Consejo votaron a favor.

La próxima semana también se vislumbra agitada. Según algunas informaciones, el nombre de Chelsea Manning —antes Bradley Manning, quien fue condenado a 35 años de prisión por haber filtrado información confidencial a Wikileaks— podría figurar en la lista de posibles indultos presidenciales.

Por Redacción Internacional

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