WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas

(AP Photo/Scott Dalton)

22 Jan 2020 | Pronunciamiento conjunto

Organizaciones indígenas, afro-descendientes, e internacionales solicitan al Presidente Duque suspender planes de fumigación aérea

El 30 de diciembre, el gobierno colombiano público un borrador del decreto de fumigación aérea con glifosato y los pasos que tomaría para reanudar la fumigación. En oposición, 15 organizaciones de sociedad civil colombianas e internacionales, incluyendo a WOLA, enviaron una carta al Presidente Iván Duque recordándole lo ineficaz y nociva que es esta medida. La carta recopila “estudios y experiencias en el pasado han demostrado que dicha política genera un alto riesgo para los ecosistemas y consecuencias perjudiciales para los pueblos indígenas, afrodescendientes y las comunidades locales que dependen de la flora y la fauna para su subsistencia física y cultural, violando así sus derechos fundamentales.”

El desplazamiento de los cultivos de coca producidos por la fumigación no solo incrementa la deforestación, pero también existe “evidencia objetiva de que la llegada de cultivos de uso ilícito trae consigo actores armados legales e ilegales, incrementando los conflictos y las violaciones de DDHH ligadas a disputas sobre un control territorial.” Si bien el decreto no permite fumigar en parques naturales o territorios colectivos que requieren de consulta previa, esto produce in incentivo perverso para que los grupos armados trasladen sus cultivos ilícitos a estos territorios. Esto infringe en su autonomía territorial, incitando el desplazamiento, e incrementando la posibilidad de violaciones de derechos humanos. El caso de El Charco, Nariño, es emblemático. En el 2007, la fumigación aérea y operaciones militares causaron cuatro desplazamientos e incrementaron el número de hectáreas de coca en el departamento.

La carta liderada por el Forest People Programme del Reino Unido le solicita al gobierno de Duque suspender la reactivación de la fumigación aérea y considerar alternativas más sostenibles y coste-efectivas como el fortalecimiento de auto-gobiernos en comunidades étnicas y sus iniciativas de auto-erradicación.

Foto: Wilmar Ospina y su familia ven como vuelven a crecer sus cultivos de coca en su tierra fumigada de La Hormiga, Putumayo, (AP Photo/Scott Dalton).