El lunes 30 de marzo, funcionarios de salud brasileños informaron que 159 personas murieron en el país como resultado de COVID-19, mientras que más de 4,579 se infectaron. En América Latina, Brasil es actualmente el país con más casos y muertes confirmados debidos a la enfermedad. Sin embargo, en medio de la creciente preocupación entre los brasileños por su propia salud y seguridad, el presidente Jair Bolsonaro no solo ha desestimado la pandemia como una «fantasía», sino que también ha aprovechado la crisis para establecer restricciones a los periodistas que violan los principios de una prensa libre.
Durante semanas, Bolsonaro ha arriesgado la vida de sus ciudadanos al difundir deliberadamente información errónea sobre la pandemia, negándose a tomar medidas de salud pública para mitigar la propagación de la enfermedad, y potencialmente bloqueando el acceso a información veraz y oportuna que podría ser crítica para la salud y el bienestar. En particular, Bolsonaro ha acusado peligrosamente a los medios de utilizar a la pandemia como una herramienta para derribar a su gobierno. Él utilizó esto como pretexto para justificar una orden ejecutiva presidencial (Medida Provisória) que silencia a los periodistas al restringir su acceso a los registros públicos que son vitales en la notificación precisa de la emergencia de salud pública. La Corte Suprema de Brasil actuó de forma oportuna y anuló esta nueva norma.
Más que nunca, el derecho a la información es esencial para salvar vidas y el presidente Bolsonaro debe respetar, en lugar de limitar, la independencia del sector de los medios.
Se debería asegurar la entrega de información veraz y la libertad de prensa que son fundamentales, aún más en medio de una emergencia de salud pública. De preocupación inmediata, está claro que la falsa retórica y la desinformación de Bolsonaro están llevando a la inacción en la lucha contra el virus. Ha acusado a los gobernadores de fomentar un «clima de terror» en la implementación de medidas críticas de salud pública. Ha instado a las empresas a permanecer abiertas a través de una campaña publicitaria ampliamente compartida a pesar de las mejores recomendaciones de salud pública disponibles. Ha ignorado voluntariamente las recomendaciones de aislamiento, a menudo apareciendo en público y incluso estrechó la mano a la gente a pesar de los informes de casos de COVID-19 entre su personal más cercano.
Su negativa a actuar en base a las recomendaciones de salud pública, junto con la información errónea, ha facilitado la propagación de una enfermedad que podría contener al seguir las medidas de salud pública apropiadas. A medida que el virus continúa propagándose en el país, tendrá un impacto desproporcionado en las poblaciones vulnerables de todo Brasil: los pobres que viven en favelas, áreas rurales y comunidades indígenas y quilombolas.
La comunidad internacional, reconociendo que el acceso a información precisa es fundamental para la salud de los brasileños, debe instar al presidente Bolsonaro a frenar su retórica, información falsa y acciones destinadas a cerrar espacios democráticos en Brasil. La administración Bolsonaro debería cesar todos los ataques contra la prensa y las restricciones a la información. Más que nunca, el derecho a la información es esencial para salvar vidas y el presidente Bolsonaro debe respetar, en lugar de limitar, la independencia del sector de los medios. El gobierno de Bolsonaro debe seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al abordar esta crisis, así como implementar un plan de emergencia de agua y saneamiento básico en las favelas y medidas especiales para prevenir el contagio en las poblaciones indígenas para evitar brotes importantes que podrían costar vidas.
Firmado por:
Washington Office on Latin America (WOLA)
U.S. Network for Democracy in Brazil
UNIAFRO
UNEAFRO Brasil
Network in Solidarity with the People of Guatemala (NISGUA)
Maryknoll Office for Global Concerns
Latin America Working Group (LAWG)
International Institute on Race, Equality and Human Rights
Inter-Ecclesial Commission on Justice and Peace (ICJP), Colombia
Crushing Colonialism
Chicago Latino America Solidarity Committee
Chicago Ayotzinapa Solidarity Committee
Center for Justice and International Law (CEJIL)
Black Communities Process (PCN), Colombia
American Federation of Teachers (AFT)
American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO)
Alliance of Baptists
Association of Emcali Trade Unionists (ASOSIEMCALI), Colombia
Association for Internally Displaced Afro-Colombians (AFRODES), Colombia
Willie L. Baker Jr
Raimundo C. Barreto, Ph.D., Princeton Theological Seminary
Ofunshi Oba Koso, Yoruba Cuba Association, Babalawo/Shaman
María del Pilar Melgarejo
James Counts Early, Institute for Policy Studies Board Member
Eunice Mina Escobar
Elizabeth Leeds, Senior Fellow, WOLA
Darryl Chappell, WOLA Board
Ana Vicky Castillo, CEO, Afrolatinos Historical Society
Ana Lucia Araujo, Howard University
Amilcar Priestley, Afrolatin@ Project