Hoy en día, Venezuela enfrenta una profunda crisis económica y humanitaria que tiene sus raíces en el desmantelamiento del Estado de derecho perpetrado por el actual grupo en poder, mediante la destrucción del orden legal, institucional y patrimonial, años de corrupción y mala gestión. Teniendo esto en cuenta, las organizaciones firmantes vemos con inquietud la posibilidad de que el levantamiento de las exenciones que permiten la importación de diésel pueda agravar el impacto de la crisis humanitaria en la población venezolana.
El 1 de septiembre, un grupo de 115 organizaciones e individuos de la sociedad civil en Venezuela y Estados Unidos publicamos una carta abierta al Secretario de Estado Mike Pompeo y al Secretario del Tesoro Steve Mnuchin, para expresar nuestra preocupación por las posibles consecuencias de dicha medida. Un mes después, no hemos recibido una respuesta oficial y todo parece indicar que se está avanzando con la implementación de estas nuevas restricciones al intercambio de combustible con Venezuela. Ante esta situación, las 28 organizaciones firmantes expresamos de nuevo nuestra profunda preocupación por las consecuencias devastadoras que esta medida tendría en la población venezolana, sin efecto alguno además para contribuir a superar el conflicto político que hoy afecta al país.
En Venezuela, la importación de diésel es la principal fuente de combustible para la generación de electricidad y para el transporte de bienes básicos, incluyendo alimentos, medicinas y suministros humanitarios. El agravamiento de estos ya escasos servicios y bienes básicos tendría consecuencias profundas para las poblaciones más pobres que ya están en una situación extremadamente vulnerable, así como en la acción de organizaciones humanitarias que proveen asistencia. Cortar el acceso al diésel podría devastar una cadena logística que ya está debilitada, en medio de una crisis humanitaria y las restricciones adicionales asociadas con la pandemia. Con base en estas premisas, reafirmamos nuestra preocupación ante algunos de los efectos negativos que tendría esta medida, entre ellos:
La evidencia muestra que las sanciones generales impuestas han agravado la situación económica del país, mientras que parecen no haber afectado de manera definitiva a la elite gobernante. Por el contrario, estas amplias sanciones han contribuido a diezmar la capacidad de respuesta de los ciudadanos a los abusos del poder al profundizar la situación humanitaria de la población venezolana, mientras que estas élites parecen estar más afianzadas en el poder.
En base a lo anterior y previendo las probables consecuencias negativas de estas nuevas restricciones al acceso al combustible diésel, las organizaciones firmantes exhortamos nuevamente al gobierno de EE.UU. a seguir impulsando con compromiso una transición democrática, pacífica y negociada en Venezuela y a mantener las exenciones para la importación de diésel, con el fin de evitar las graves consecuencias que esta medida podría tener en la profundización del sufrimiento humano en el terreno.
Organizaciones firmantes: