Washington, DC—El encarcelamiento de mujeres en América Latina ha incrementado drásticamente en el curso de las últimas dos décadas, y el número de mujeres tras las rejas está creciendo más rápidamente que el de los hombres. Estas tendencias no pueden ser explicadas por el crecimiento de la población de mujeres en general, o simplemente por el incremento del número total de personas en prisión. Más bien, la fuerza que alimenta estos datos es la implementación de leyes punitivas de drogas que afectan a las mujeres de manera desproporcionada.
El nuevo informe de WOLA, Mujeres encarceladas por delitos relacionados con drogas en América Latina: Lo que los números evidencian, proporciona los datos más recientes sobre el encarcelamiento de mujeres en América Latina. La investigación de WOLA revela que en la mayoría de los países de América Latina, los delitos relacionados con las drogas son la principal causa del encarcelamiento de mujeres. En términos numéricos, más hombres que mujeres están encarcelados por delitos relacionados con las drogas en América Latina, pero el porcentaje de mujeres encarceladas por tales delitos es casi siempre más alto que el porcentaje de hombres.
Por ejemplo, datos compilados por WOLA muestran que en Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Perú, la proporción de mujeres presas que son encarceladas por delitos relacionados con drogas es al menos un 30 por ciento más alta que en el caso de los hombres encarcelados en esos países. El uso excesivo de la detención preventiva es un factor fundamental que contribuye a esta tendencia, ya que las investigaciones realizadas muestran que hay más mujeres que hombres en situación de detención preventiva por delitos de drogas en casi todos los países estudiados.
El encarcelamiento de estas mujeres no consigue alterar el tráfico de drogas, ya que se dedican principalmente a trabajos de alto riesgo pero de bajo rango y son fácilmente reemplazadas, mientras que aquellos que dirigen las redes criminales rara vez terminan tras las rejas. Sin embargo, las consecuencias del encarcelamiento para estas mujeres, sus familias y sus comunidades pueden ser devastadoras. La pandemia del COVID-19, y su impacto desproporcionado en las personas encarceladas, confiere incluso mayor urgencia a la implementación de reformas para reducir drásticamente el número de mujeres tras las rejas.
“Hace mucho llegó la hora de repensar fundamentalmente a quien se está encarcelando y cuales son las razones. En lugar de invertir en prisiones, los gobiernos deben dedicar recursos a las comunidades y en programas que promuevan la igualdad de género y la justicia socioeconómica”, dijo Coletta Youngers, Asesora Principal de WOLA, y coautora del informe.