Democracia, derechos humanos, migración, narcotráfico, comercio, penetración de China y Rusia, corrupción y generalizado desgaste socioeconómico hemisférico por efecto del coronavirus engrosarán la turbia agenda del nexo de Washing- ton con América Latina y el Caribe con la que se topará el demócrata Joe Biden a partir de que, el próximo 20 de enero, asuma la presidencia de Estados Unidos.

En una controversia con desenlace incierto sobre reconstrucción de la democracia y respeto a los derechos humanos, las crisis de Venezuela y Nicaragua, con Cuba en el trasfondo, seguirán dominando el escenario interamericano en la administración Biden y serán parte de la herencia del presidente Donald Trump. La honda crisis política e institucional de Nicaragua estalló en abril de 2018.

“La administración Trump dejó un legado desastroso en América Latina”, aseguró

Washington Office on Latin America (WOLA), institución no estatal que estudia el panorama de los derechos humanos en el hemisferio occidental.

En un análisis que emitió ayer, WOLA mencionó “la erosión de la confianza en el gobierno estadounidense como líder creíble en derechos humanos y el estado de derecho; un enfoque miope en la migración y una política exterior transaccional que permitió a élites políticas y económicas deshacer iniciativas exitosas de anticorrupción”.

Hay una “proliferación de líderes autoritarios envalentonados por el desdén de Trump hacia los controles y balances institucionales; la politización de instituciones judiciales, y ataques a la prensa”, detalló.

Biden “deberá reconstruir la confianza”, aseveró, al subrayar que “también hay políticas críticas para América Latina, y temas de derechos humanos, que deben ser tratados con urgencia porque de ello dependen millones de vidas”.

Estimulada por el pujante negocio continental del narcotráfico, la violencia criminal atizó la migración ilícita y, en países como Guatemala, El Salvador y Honduras, también debilitó la gobernabilidad.

Para agravar el escenario, los pronósticos oficiales alertaron que la pandemia se saldará en 2020 con un masivo fenómeno de contracción económica.

Incomodidad

En una tarea incesante que inquiera en Washington, Moscú incrementó en los últimos años su presencia en América, en especial como soporte militar y político de La Habana, Caracas y Managua. Beijing también aceleró su ofensiva de incursión hemisférica.

“Creemos en la posibilidad de una relación bilateral constructiva y respetuosa de las diferencias” con la Casa Blanca, tuiteó el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Los lazos Washington-La Habana se deterioraron con rapidez en el gobierno de Trump.

Sin felicitarle por su victoria, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, recordó a Biden sus límites en Nicaragua y advirtió que las contradicciones, los choques y la polarización “donde se acusan de fraude” en los comicios de EU, son “un problema que tienen que resolverlo ellos”.

“Y nosotros no nos metemos… porque no queremos que se metan con nosotros, como se han metido con nosotros en otros momentos”, alegó, en un mensaje con el que adelantó a eventuales reclamos de Washington por los comicios de 2021 en Nicaragua con los que el régimen nicaragüense pretende, a como sea, mantenerse en el poder.

“Ojalá que, con la victoria” de Biden, EU se convierta en “factor que contribuya a resolver y no a complicar el conflicto político” de Venezuela, tuiteó el periodista, analista político y exconstituyente venezolano Vladimir Villegas. “Se abre un nuevo momento político en el mundo. Hagamos lo correcto, todos, para que también se abra en Venezuela”, imploró.

Hundidos en severos trastornos socioeconómicos, los tres países de autoproclamados gobiernos revolucionarios socialistas también son generadores de masiva migración irregular, con focos de creciente movilidad humana sin visa en México y Centroamérica en ruta a EU.

Dignidad

A juicio del guatemalteco Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, “Biden tendrá mayor respeto por la dignidad de las personas. Así se anunció en campaña política”.

Al confiar en que Biden respete los derechos humanos en el trato a los americanos, asiáticos y africanos que intentan entrar a EU, Rodenas dijo a EL UNIVERSAL que “muchos migrantes van a sufrir”.

“Posiblemente haya leyes que les permitan regularizar su situación tras determinado tiempo de estar ya en EU. Pero para los que están transitando ahora [hacia EU], la situación será bastante dura”, adujo.

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