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Negociar el regreso a la democracia en Venezuela cuenta con la participación de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y el Instituto para la Paz de Estados Unidos

Un documento escrito por Geoff Ramsey, Keith Mines, David Smilde y Steve Hege, especialistas en negociación, analiza lo ocurrido en Oslo y Barbados, en 2019, y plantea nuevos escenarios que pudieran darse a partir del momento en que decidan sentarse en una mesa para negociar la oposición venezolana y el régimen de Nicolás Maduro.

Negociar el regreso a la democracia en Venezuela cuenta con la participación de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y el Instituto para la Paz de Estados Unidos (USIP): “En la elaboración de este informe los autores realizaron extensas entrevistas con fuentes de la oposición venezolana y del gobierno de Maduro, incluyendo varios miembros de ambos equipos de negociación que participaron en las conversaciones de Oslo-Barbados de 2019. También entrevistamos altos funcionarios estadounidenses y otros diplomáticos internacionales familiarizados con las negociaciones”.

El texto señala que Venezuela vive un conflicto político intratable marcado por el aumento de la represión y la disolución del sistema democrático y sus instituciones, lo que lleva a una terrible crisis humanitaria y económica: “Esta espiral descendente ha sido puntuada por múltiples esfuerzos en negociación con la ayuda de actores internacionales, pero han sido sin éxito hasta la fecha. Tanto el gobierno venezolano como la oposición vuelven a manifestar interés en las negociaciones, con algún apoyo de la nueva administración de Estados Unidos, la Unión Europea, y gobiernos latinoamericanos”.

Ramsey es el director para Venezuela de WOLA. Mines es director del programa para América Latina del Instituto para la Paz de Estados Unidos. Smilde es directivo de WOLA y profesor de relaciones humanas en la Universidad de Tulane. Hege es subdirector regional del programa para América Latina de la USIP.

Negociar para lograr la democracia

Los autores del texto identificaron ciertos puntos de coincidencia entre la oposición y el régimen de Maduro. Indicaron que hay cuestiones de fondo como las condiciones electorales o un cronograma para eliminar algunas de las sanciones en las que pudiese darse algún consenso.

“Tanto los chavistas como los opositores están abiertos a negociar”, puntualizaron.

Con este panorama, los autores recomiendan que la mesa de negociación debe incorporar aportes de un conjunto mucho más amplio de actores. Tampoco podrán reanudarse donde quedó el proceso de Oslo y Barbados.

“Tanto los chavistas como la oposición consideran que los representantes presentes en las negociaciones de 2019 no fueron completamente representativos de la sociedad venezolana. Argumentaron, por ejemplo, que los militares deberían tener un asiento en esa mesa”, dijeron.

Asimismo, señalaron que la representación opositora debe ser más amplia que solo delegados de Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática.

Supervivencia del chavismo

Noruega sigue siendo el mejor considerado para facilitar el proceso de negociación, indican los autores.

Señalan asimismo que si bien la agenda de la negociación debe ser pública, las conversaciones en sí deben ser confidenciales.

También dicen que será más sencillo plantear una hoja de ruta hacia la reinstitucionalización, en lugar de una transición rápida.

“Cualquier solución implicará elecciones libres y justas, pero también lograr un consenso que permita que el chavismo pueda ser considerado en el panorama político”, advirtieron.

“Una solución viable deberá asegurar el futuro del chavismo y permitir que definan sus líderes sin imposición de soluciones destinadas a marginarlo en el futuro”, agregaron.

La figura de Estados Unidos

Ramsey, Mines, Smilde y Hege plantean que Estados Unidos debe comprometerse con las negociaciones para asegurar el éxito. “Todas las partes estuvieron de acuerdo en que Estados Unidos es esencial”, indicaron.

Manifestaron que Estados Unidos debe dejar de lado su enfoque de “todo o nada”. Advirtieron además que los legisladores estadounidenses deben cuidarse de enviar mensajes contradictorios.

Asimismo, los actores internacionales interesados deberían desempeñar un papel de apoyo, ya sea como garantes u observadores. “Se debe garantizar, sin embargo, que los actores internacionales no impongan sus intereses geopolíticos”, señalaron.

Tanto el chavismo como la oposición deben propiciar la negociación, dejando claro que ninguna de las alternativas es sostenible en el tiempo.


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