El 15 de mayo, la administración Biden anunció una serie de medidas que revierten parcialmente las políticas del expresidente Trump hacia Cuba, dando pasos largamente esperados que le permitirán seguir un enfoque más constructivo respecto al país caribeño. Al reconocer la situación humanitaria sin precedentes en la isla, la administración ha aumentado el apoyo al pueblo cubano, al tiempo que permite a los cubano-estadounidenses asistir a sus familias en la isla.
Aunque estas medidas marcan los cambios más significativos en la política de Estados Unidos hacia Cuba desde que el presidente Biden asumió el cargo, están muy lejos del nivel de compromiso de la era Obama. Deben verse como pasos modestos implementados en el contexto de un aumento dramático en el número de personas migrantes cubanas detenidas en la frontera entre Estados Unidos y México, la presión política de otros países de la región para que Cuba sea invitada a participar en la próxima Cumbre de las Américas, y los llamamientos de miembros del Congreso y otras partes interesadas para un mayor compromiso de Estados Unidos con Cuba.
Más de 78.000 personas cubanas han sido detenidas en la frontera de Estados Unidos con México desde octubre, la cifra más alta desde el éxodo del Mariel en 1980. Las autoridades del país caribeño también han dejado de aceptar el retorno de sus nacionales a pesar de un acuerdo de 2017. Recientemente, México (Cuba acepta deportaciones desde México) ha accedido a acoger a más personas migrantes cubanas expulsadas por EE.UU. en virtud del Título 42, pero la mayoría han sido liberadas bajo libertad condicional de inmigración o bajo otro tipo de supervisión tras expresar un temor creíble a ser perseguidas en su país.
Aunque este repunte migratorio parece haber sido una de las razones que han llevado a la administración Biden a reanudar el diálogo con Cuba, la aplicación de los acuerdos migratorios entre Estados Unidos y Cuba no será suficiente para detener la actual afluencia de personas migrantes cubanas. La mayoría de quienes huyen del país están escapando de una crisis económica y humanitaria agravada por las políticas aislacionistas de Estados Unidos.
Bajo las nuevas medidas, la administración Biden restablecerá el Programa de Reunificación Familiar Cubana, que permite a personas cubano-americanas solicitar permisos para traer a miembros de su familia a Estados Unidos como residentes legales. También continuará aumentando la capacidad de los servicios consulares en la Embajada de Estados Unidos en La Habana después de que la tramitación de visados para inmigrantes se reanude lentamente el 3 de mayo de 2022. Si bien esto beneficiará a algunas personas cubano-americanas y a sus familias, las limitaciones de personal en la embajada significan que la mayoría de quienes soliciten visas de inmigrante y de visitante todavía tendrán que viajar a la embajada de Estados Unidos en Georgetown, Guyana, que es el país más cercano en América del Sur que no requiere visas para los cubanos. Esto representa una importante barrera para muchos cubanos. El pleno restablecimiento de los servicios consulares en La Habana podría contribuir a reducir la migración irregular de Cuba a Estados Unidos.
En otra medida que beneficiará sobre todo a cubano-estadounidenses que quieran visitar a sus familiares, el gobierno de Biden autorizará los vuelos desde destinos estadounidenses a ciudades de Cuba distintas de La Habana.
También pretende facilitar los flujos de remesas autorizados, eliminando el actual límite de remesas familiares de US$ 1.000 por trimestre por pareja remitente-receptor y autorizando las remesas donativas (no familiares). Permitir que las remesas se dirijan a personas que no son familiares podría ampliar su uso para empresarios y para ayuda humanitaria. Aunque se trata de una medida positiva, el envío de remesas a través de FINCIMEX, la entidad financiera encargada de recibirlas en la parte cubana, seguirá estando prohibido, ya que la empresa, de propiedad militar, continúa en la Lista Restringida de Cuba. Aunque el gobierno de Biden declaró que trabajará con los procesadores de pagos electrónicos para fomentar un mayor acceso al mercado cubano, aún no hay detalles sobre los canales que cubano-americanos y otros ciudadanos estadounidenses podrán utilizar para enviar remesas, y cuán convenientes (o inconvenientes) serán. Western Union, el principal proveedor de pagos de remesas desde Estados Unidos a Cuba, cerró sus oficinas en la isla en noviembre de 2020 tras una serie de sanciones impuestas por Trump.
El levantamiento de las restricciones a las remesas también forma parte del objetivo de la administración Biden de apoyar a empresarios cubanos. Otras medidas para fomentar las oportunidades comerciales fuera del sector estatal incluyen facilitar el acceso de empresarios cubanos independientes a Internet, así como a la tecnología en la nube, las interfaces de programación de aplicaciones y las plataformas de comercio electrónico. La administración también ampliará el apoyo a las opciones de pago adicionales para las actividades basadas en Internet, apoyará los pagos electrónicos, trabajará para ampliar el acceso de empresarios a la microfinanciación y la formación, y facilitará el compromiso empresarial. Aunque estas medidas son, sobre el papel, prometedoras, la falta de directrices específicas sobre cómo se aplicarán hace que su impacto total sea difícil de evaluar en este momento.
Por último, el restablecimiento de los viajes educativos entre personas facilitará las conexiones entre los ciudadanos estadounidenses y cubanos y generará empleos e ingresos para el pueblo cubano. Este es un paso importante en la reconstrucción del diálogo y el entendimiento, pero la Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba (entre otras restricciones impuestas por la orden ejecutiva) seguirá haciendo que los planes de viaje para las universidades y otros grupos de personas sean extremadamente difíciles. El impacto de este anuncio dependerá de las regulaciones que el Departamento del Tesoro establezca para gestionar los viajes en grupo. Además, si el objetivo es apoyar al sector privado de Cuba, la ampliación de los viajes debería incluir los individuales, ya que el aumento de los viajes a la isla puede generar un impulso económico, en medio de la creciente crisis económica que afronta la isla.
Los detalles sobre cómo se aplicarán estas nuevas políticas son actualmente escasos, y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro tendrá que emitir reglamentos para aclarar los aspectos financieros de los viajes, las remesas y el apoyo a empresarios.
Sin embargo, estos movimientos tendrán sin duda un impacto positivo en la economía cubana y en la vida cotidiana de las familias cubanas.
La administración Biden debe trabajar ahora para aplicar estos cambios con prontitud y de la forma que más beneficie tanto a Estados Unidos como al pueblo cubano, y avanzar en una política que incluya medidas como: