En América Latina, el crimen organizado es un problema que cobra cada vez más gravedad. Grupos clandestinos de poder son en parte responsables por el aumento en las tasas de criminalidad y, en algunos países, han acumulado una gran influencia sobre las instituciones gubernamentales.
El informe “The Captive State” (El Estado Cautivo), de WOLA, propone una nueva perspectiva sobre el problema del crimen organizado en América Latina. En lugar de verlo como un asunto que requiere una respuesta meramente policial, el crimen organizado ha pasado a ser en algunos países una amenaza fundamental a la democracia, el estado de derecho y la vigencia de los derechos humanos. Las estructuras ilícitas pueden llegar a penetrar el estado tan cabalmente que este deja de representar los intereses de los ciudadanos y, en cambio, representa los intereses de los propios grupos criminales. El informe estudia en detalle las experiencias de Guatemala, El Salvador, Colombia y el Perú con este flagelo y termina con recomendaciones para los gobiernos, la sociedad civil, y la comunidad internacional.
