«La demografía del electorado está cambiando y hoy el voto joven está más movilizado y parece apoyar temas como la gobernabilidad democrática, el clima, el género y los derechos reproductivos. Esperemos que esto se traduzca en un mayor impulso de estas agendas a nivel interno, pero también a nivel internacional.» Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de WOLA.
Las elecciones intermedias de Estados Unidos, celebradas el 8 de noviembre, dejaron al Partido Demócrata con la mayoría en el Senado por un margen mínimo y la Cámara de Representantes bajo control republicano. Es muy probable que estos resultados tendrán implicaciones importantes para la política exterior del país en los próximos años.
Tres de los principales expertos de WOLA -Carolina Jiménez Sandoval, Presidenta; Maureen Meyer, Vicepresidenta de Programas; y John Walsh, Director de Política de Drogas y de los Andes- reflexionan en esta conversación sobre los nuevos retos políticos a los que se enfrentará el Congreso y cómo su nueva configuración afectará a las relaciones entre la administración Biden y América Latina.
Aquí están sus cinco principales conclusiones:
«La democracia no estaba literalmente en la papeleta, pero parece que mucha gente entendió que estas elecciones iban de eso y más. Había un mensaje para aquellos que se niegan a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales. Es un mensaje que se envía desde Estados Unidos sobre la importancia de nuestra democracia, y eso fue una agradable sorpresa», dice John Walsh.
Carolina Jiménez Sandoval señala que muchos políticos del partido republicano que se mantuvieron en la falsa afirmación de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas a Donald Trump, perdieron carreras este año a nivel nacional y estatal. «Son personas que no respetan los derechos de las mujeres, los migrantes y las minorías», dice la presidenta de WOLA. «Se puede decir que la democracia puede ser autocorrectiva y por ahora eso ha impedido que las tendencias autoritarias se consoliden en Estados Unidos. Eso resuena en América Latina», añade.
«La demografía del electorado ha cambiado. Hoy el voto joven se ha movilizado más para apoyar temas como la gobernabilidad democrática, el clima, el género y los derechos reproductivos. Esperemos que esto se traduzca en un mayor impulso de estas agendas a nivel interno, pero también a nivel internacional», añade Carolina Jiménez.
A pesar de eso, Meyer cree que existe un riesgo real de que la retórica antiinmigrante y las políticas fronterizas de línea dura sean prominentes en la narrativa de las elecciones presidenciales de 2024, como se evidenció en el discurso en que el expresidente Trump anunció sus planes de postularse nuevamente. «Con el control de la Cámara de Representantes durante los próximos dos años, los republicanos van a presionar para mantener la frontera cerrada y para obtener más dinero para agencias como el ICE y el CBP, la seguridad fronteriza y el aumento de las aprehensiones en la frontera», dice.
Hasta ahora, señala Meyer, el gobierno de Biden ha sacrificado a los solicitantes de asilo, ha mantenido la frontera cerrada a los que llegan de México y Centroamérica y amplió recientemente las expulsiones del Título 42 a los venezolanos. «¿Fue una decisión electoral de cara a las elecciones de mitad de mandato?», se pregunta, y espera que la Administración Biden sienta una presión cada vez mayor para demostrar que la frontera está «bajo control».
No obstante, Meyer cree que un resultado importante de las elecciones de mitad de período es que «la premisa de que la seguridad fronteriza es prioritaria no fue la más importante entre los votantes demócratas o muchos de los independientes.»
– El liderazgo de la Cámara y de los comités. Con la mayoría en la cámara baja, los republicanos controlarán las presidencias de los comités y subcomités, así como la asignación de personal a partir de enero de 2023. Meyer señala que esto les dará más poder para determinar las audiencias y los testigos, lo que puede repercutir en la forma en que se abordan los temas latinoamericanos. También tendrán más influencia sobre las prioridades de la ayuda exterior de Estados Unidos y en las asignaciones para el gasto en la aplicación de la ley de inmigración y la seguridad fronteriza. Esto significará que la experiencia de WOLA será más importante que nunca para asegurar que los análisis basados en hechos estén disponibles para el público, el Congreso y la administración.
– La necesidad de cultivar nuevos aliados para la agenda de derechos humanos en las Américas. Maureen Meyer señala que si bien hay que esperar a que se decidan los nuevos liderazgos y posiciones de los comités en ambas cámaras, también será fundamental estudiar las posiciones de quienes llegan por primera vez al Capitolio para identificar potenciales aliados en temas de interés para la agenda latinoamericana, como el apoyo a los derechos humanos, el estado de derecho, la igualdad de género, un enfoque más basado en los derechos humanos en temas de inmigración, entre otros.
– ¿Cooperación creciente o bloqueo? Es de esperar que los republicanos de la Cámara de Representantes intenten utilizar su nueva mayoría para frustrar la agenda de la administración Biden y generar un impulso para que los republicanos recuperen la Casa Blanca en 2024. Su tarea se verá probablemente complicada por la profundización de las divisiones dentro del partido sobre la conveniencia o no de tratar de pasar por encima de Trump. Al mismo tiempo, el control demócrata del Senado, combinado con el poder de veto presidencial de Biden, significa que sólo la legislación que pueda obtener un apoyo bipartidista sustancial en ambas cámaras tiene posibilidades de convertirse en ley.