WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas

AP Photo/Ramon Espinosa

16 Dec 2022 | Análisis

Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba: Lo viejo, lo nuevo y lo que debería venir

En 2022, la administración Biden tomó medidas que pueden sentar las bases para futuros movimientos en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Desde mayo, la Casa Blanca ha revertido algunas políticas de la era Trump sobre Cuba -incluida la reanudación de los vuelos, así como la facilitación de la reunificación familiar y las remesas- y ha restablecido el compromiso en algunos temas, en particular la migración. Sin embargo, lo que aún falta es la promulgación de una política sólida de compromiso y la aplicación de medidas que puedan fomentar un cambio sostenible en la isla.

Ha sido un año difícil en Cuba, con el deterioro de la situación humanitaria que ha provocado migraciones masivas, con desastres naturales que han dañado aún más la infraestructura de Cuba, represión contra los manifestantes, al menos 670 personas que siguen en prisión tras las protestas masivas del 11 de julio de 2021, cuyas garantías procesales y otros derechos han sido violados, y reformas legales que impiden aún más que los cubanos desafíen a las autoridades y sus políticas.

A medida que Biden se adentra en el tercer año de su presidencia, hay cambios políticos clave que deberían adoptarse para apoyar verdaderamente a la población de Cuba a corto plazo y acercarse al restablecimiento de compromisos previos. Estos incluyen: aplicar plenamente los cambios de política anunciados en mayo, retirar rápidamente a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, ampliar enérgicamente el apoyo al sector privado y a los empresarios de Cuba, y aplicar las políticas existentes para gestionar y garantizar una migración segura y ordenada para los cubanos.

La administración Biden comienza a revertir las políticas de la era Trump

  1. Expansión de los viajes autorizados

El 15 de mayo de 2022, como parte de su nuevo paquete de políticas hacia Cuba, la administración Biden autorizó los vuelos regulares y chárter entre Estados Unidos y lugares más allá de La Habana. También restableció los viajes grupales entre personas y otras categorías de viajes educativos, así como ciertos viajes relacionados con reuniones e investigaciones profesionales. Este cambio era importante para facilitar las reuniones familiares y reforzar los lazos entre los dos países. Hasta la fecha, American Airlines tiene la mayor oferta de vuelos a la isla, con 84 semanales a seis ciudades. Otras aerolíneas que ofrecen vuelos semanales entre Estados Unidos y La Habana son Southwest, Jet Blue y United Airlines, mientras que Delta reanudará sus vuelos a La Habana a partir de abril de 2023.

¿Qué queda pendiente?

Estados Unidos debe restablecer plenamente la Licencia General para Reuniones Profesionales para incluir también actuaciones públicas, clínicas, talleres, competiciones y exposiciones. Proporcionar vías legales adicionales para viajar a Cuba es esencial para apoyar económicamente a las empresas privadas locales, la sociedad civil y los cubanos de a pie, y brinda la oportunidad a cubanos y estadounidenses de aumentar las relaciones profesionales y personales.

  1. Flexibilización de las restricciones a las remesas

En mayo de 2022, la administración Biden también eliminó el límite de 1.000 dólares en remesas familiares permitido por trimestre por pareja remitente-receptor y autorizó las transferencias de dinero no familiar. Permitir que las remesas vayan a parar a no familiares podría ampliar su uso para emprendedores y para ayuda humanitaria.

¿Qué queda pendiente?

La administración debería permitir la reanudación de los servicios de transferencia de Western Union para las remesas a través de un proveedor de servicios de remesas del sector civil (como Orbit). Aunque a mediados de noviembre la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (OFAC) autorizó a VaCuba, una agencia con sede en Miami, a operar con Orbit para enviar remesas a tarjetas MLC (moneda de libre convertibilidad) en bancos cubanos, el sistema es problemático. Los problemas incluyen que no todo el mundo, en particular las comunidades marginadas y los afrodescendientes sin parientes en el extranjero, posee una tarjeta MLC, y una vez en la tarjeta MLC no se puede retirar dinero en efectivo.

  1. Reunificación familiar

También en mayo, la administración Biden anunció que reanudaría el “Cuban Family Reunification Parole Program (CFRP)”. Bajo este programa, que se estableció originalmente en 2007, se permitía a los ciudadanos estadounidenses elegibles solicitar que sus familiares cubanos viajaran a Estados Unidos sin esperar a que sus visados de emigrante estuvieran disponibles. Aunque las entrevistas para las solicitudes pendientes se reanudaron en agosto, se han registrado retrasos.

¿Qué está pendiente?

La emisión de invitaciones para los nuevos solicitantes que han presentado una petición a USCIS para aplicar al programa. El Programa de Parole para la Reunificación Familiar Cubana debe ser una prioridad a medida que Estados Unidos vuelve a cumplir con los acuerdos migratorios bilaterales existentes.

  1. Aumentar el apoyo a los empresarios cubanos independientes

El plan de la administración Biden para apoyar al emergente sector privado cubano incluía facilitar el acceso al comercio electrónico (acceso a Internet así como a la tecnología en la nube, interfaces de programación de aplicaciones, plataformas de comercio y pagos electrónicos) y el compromiso empresarial de trabajar para ampliar el acceso de los empresarios a la micro financiación y la formación. Aunque estas medidas son, sobre el papel, prometedoras, la administración aún tiene que cumplir con su aplicación. La falta de directrices específicas sobre cómo se aplicarán hace que su impacto real sea difícil de evaluar en este momento.

¿Qué está pendiente?

  • Aliviar las restricciones bancarias para permitir las transacciones de banco a banco entre bancos cubanos gestionados por civiles y bancos estadounidenses, permitir a particulares y empresas cubanas abrir cuentas bancarias en EE.UU. y revertir la prohibición de las transacciones de giro en U (transacciones financieras que no se originan ni terminan en EE.UU. pero pasan por el sistema financiero estadounidense, normalmente debido a que la transacción exige el pago en dólares estadounidenses). En la actualidad, uno de los mayores obstáculos a la expansión de los vínculos comerciales de Estados Unidos con el sector privado cubano es la ausencia de un sistema de pagos sencillo y fiable. Permitir la realización de transacciones en dólares estadounidenses también facilitaría a los empresarios cubanos relacionarse de forma más productiva y sencilla con entidades y en mercados extranjeros.
  • Permitir a las empresas con sede en EE. UU. ofrecer servicios basados en la nube, plataformas de pago en Cuba y servicios de comercio electrónico y banca digital.
  • Autorizar la financiación en el sector privado y establecer licencias generales que permitan a las empresas e individuos estadounidenses invertir en el sector privado en Cuba, o aclarar públicamente las opciones disponibles en la actualidad.
  • Restablecer los visados de no inmigrante de entrada múltiple de cinco años. Este cambio ayudará a los empresarios cubanos a construir cadenas de suministro en EE. UU. y reducirá su incentivo a emigrar.
  • Eliminar el límite sobre el valor de los paquetes de regalo enviados a Cuba bajo la autoridad de la Excepción de Licencia GFT (15 CFR § 740.12). La eliminación de esta restricción permitiría a los empresarios privados obtener más fácilmente los equipos y suministros que necesitan para dirigir sus negocios privados.
  • Apoyar el acceso efectivo a Internet en Cuba para facilitar el libre flujo de información a través de Cuba y entre EE. UU. y la isla. Esto debería incluir reexaminar las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Internet en Cuba de 2019, incluida la facilitación de la exportación de equipos e infraestructura de telecomunicaciones, la promoción de la alfabetización tecnológica y la educación sobre seguridad digital, y la promoción de programas de intercambio.

¿Qué debería venir después?

Si bien la administración Biden debe trabajar para implementar plenamente los cambios de política anunciados en mayo, se necesitan medidas adicionales para avanzar en la promesa de campaña de Biden de volver a comprometerse con Cuba.

  1. Comprometerse con un enfoque responsable de la migración

Durante 2022, aproximadamente el 2 por ciento de la población total de Cuba (cerca de 233.000 personas) ha tratado de emigrar a Estados Unidos en una de las mayores oleadas de migración cubana de la historia. En respuesta a esta dinámica, funcionarios estadounidenses y cubanos se reunieron en abril y noviembre de 2022 para discutir la aplicación de los acuerdos migratorios bilaterales, lo que dio lugar a varios cambios en las políticas estadounidenses hacia los cubanos. Estos incluyeron el restablecimiento del programa CFRP, el aumento del número de visados de inmigrante tramitados en la Embajada de EE.UU. en La Habana (a partir de enero de 2023 todos los visados de inmigrante se tramitarán en La Habana, en lugar de en Georgetown, Guyana), y la aceptación por parte de Cuba de vuelos de deportación (aunque el número de vuelos no está claro). El éxodo de cubanos no muestra signos de desaceleración. Sólo en octubre de 2022, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos detectó un total de 29.872 migrantes cubanos, lo que representa cinco veces más encuentros que en octubre de 2022.

Si bien la crisis económica de Cuba, agravada por las sanciones de EE.UU. y la pandemia del COVID-19, y el descontento social están impulsando la migración desde la isla, la administración Biden también puede tomar algunas medidas urgentes para lograr un enfoque responsable de la migración, incluyendo:

  • Comenzar a procesar visas de no inmigrante en la Embajada de los Estados Unidos en La Habana para estudiantes, empresarios, artistas, académicos, familias y otros para permitir viajes significativos desde Cuba a los Estados Unidos. Desde 2017, solo un puñado de visas se han procesado en La Habana y los solicitantes han tenido que viajar a las embajadas de los Estados Unidos en terceros países. Restablecer las visas de no inmigrante de entrada múltiple de cinco años y emitir visas de no inmigrante de entrada múltiple para el B2 y categorías adicionales de viaje como las visas O y P para intercambios culturales.
  • Reabrir la Sección de Refugiados que administra el Programa de Admisión de Refugiados de EE.UU. en Cuba (el programa no acepta actualmente nuevos solicitantes ni procesa casos).
  • Comenzar a emitir nuevas invitaciones para el Programa CFRP.
  • Implementar sistemas de gestión migratoria sensibles a la protección para responder humanamente a la migración cubana por tierra y mar, incluyendo el fortalecimiento de las operaciones de búsqueda y rescate en el mar; garantizar el acceso a los procedimientos de asilo; y aumentar la capacitación en derechos humanos, derecho de los refugiados y principios humanitarios para la Guardia Costera de EE.UU. y otras autoridades de inmigración.
  1. Retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo

Días antes de que el presidente Biden asumiera el cargo el 20 de enero de 2021, la administración Trump incluyó a Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo del Departamento de Estado de los Estados Unidos (SSOT); los otros países en la lista son Corea del Norte, Irán y Siria. Cuba, sin embargo, no cumple con la definición estatutaria de un estado patrocinador del terrorismo y su comportamiento no ha cambiado materialmente desde que la revisión de inteligencia ordenada por el presidente Obama en 2015 concluyó que Cuba ya no pertenecía a la lista. Se cree que la decisión de incluir a Cuba en la lista fue tomada por funcionarios de la administración Trump para afectar a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba al inicio de la presidencia de Biden.

Mantener a Cuba en la lista limita la capacidad del gobierno estadounidense de apoyar al pueblo cubano dado el efecto amedrentador que tiene sobre las empresas y los particulares, ambos cruciales para promover el tan necesario cambio en la isla. La presencia de Cuba en la lista limita a los particulares la apertura de cuentas bancarias en el extranjero, el uso de instrumentos para pagos internacionales, el acceso a la tecnología financiera y la banca digital, así como la posibilidad de contratar servidores y servicios en línea. A su vez, aunque se amplíe el comercio exterior directo, las empresas privadas cubanas encontrarán restricciones a la compra de productos fabricados en EE.UU. e incluso de bienes producidos en terceros países que incorporen algún contenido de insumos procedentes de EE.UU.

La inclusión de Cuba en la lista SSOT limita severamente la inversión extranjera y crea obstáculos adicionales para la entrega de ayuda humanitaria. También significa que los viajeros extranjeros de países incluidos en el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA, por sus siglas en inglés, que es un programa de exención de visado para más de 40 países, incluidos los Estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido, Australia, Japón y Corea del Sur) que visitaron Cuba en o después de enero de 2021 están obligados a solicitar un visado en el Consulado General o la Sección Consular de la Embajada de EE.UU. en su país de origen. Este requisito probablemente tendrá impactos negativos en la industria turística de Cuba, ya que puede desincentivar los viajes a la isla, y numerosos países de la UE, como España, Alemania, Francia e Italia, se encuentran entre las ocho principales nacionalidades que la visitan.

  1. Dinamizar las relaciones diplomáticas con Cuba

Antes de que el presidente Trump interrumpiera las relaciones diplomáticas con Cuba, ambos países mantenían un amplio diálogo sobre más de una docena de asuntos relacionados con los 22 acuerdos bilaterales firmados entre 2015 y 2017, la mayoría de los cuales siguen vigentes pero no se han implementado.

Desde su toma de posesión, el Presidente Biden ha reanudado las conversaciones sobre migración y ha proporcionado asistencia técnica selectiva, así como ayuda humanitaria a Cuba. Sin embargo, la Casa Blanca debería reanudar el diálogo sobre otros asuntos de interés común, como la protección del medio ambiente, la emergencia climática y la agricultura.

Continuar desarrollando las relaciones bilaterales también abrirá nuevas vías para que Estados Unidos plantee cuestiones relacionadas con el historial de Cuba en materia de derechos humanos, incluyendo en particular la falta de libertad de expresión y asociación en el país y la represión generalizada contra quienes se oponen a las autoridades cubanas. Una nueva política de compromiso debería hacer hincapié en las cuestiones de derechos humanos, dando prioridad a la reanudación del Diálogo sobre Derechos Humanos (iniciado en marzo de 2015 bajo la Administración Obama) y a la liberación de los presos políticos.