WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas
19 Aug 2022 | Pronunciamiento de WOLA

WOLA condena la agudización de la represión y violaciones de derechos humanos en Nicaragua

La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) condena la agudización de los ataques y represión, por parte del Régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la sociedad civil, la iglesia, la prensa, miembros de la oposición y voces disidentes en Nicaragua.

Preocupa que las prácticas autoritarias en Nicaragua sigan afectando gravemente derechos fundamentales como el derecho a la participación política, la libertad de prensa y expresión y recientemente también mediante acciones que atentan contra la libertad de culto y religión. 

El ingreso forzado a la sede de la diócesis de Matagalpa, en Nicaragua, y la detención del obispo Rolando Álvarez Lagos, la madrugada del 19 de agosto, es una escalada en el hostigamiento y criminalización contra voces que le son críticas y cuyo papel ha sido relevante para exponer la realidad compleja que vive la población de Nicaragua.

La diócesis de Matagalpa, en el norte del país, denunció que la Policía Nacional había ingresado durante la madrugada a la casa episcopal. Luego, la  policía nicaragüense confirmó que Monseñor Álvarez Lagos está detenido bajo arresto domiciliario.  

Esto no es un hecho aislado, sino que es parte de una estrategia de represión que se suma a varios ataques, incluido el cierre de seis radios de la Iglesia católica al inicio de agosto. Las acusaciones espurias contra el obispo son parte del mismo patrón de persecución y criminalización que Ortega y su policía han utilizado contra opositores políticos, periodistas, órdenes religiosas y personas defensoras de derechos humanos, entre otras.

El rol de la comunidad internacional sigue siendo vital en estos momentos. WOLA insta al gobierno de Estados Unidos, a la Santa Sede y organismos internacionales a unirse a la exigencia urgente al gobierno nicaragüense para que cese estas violaciones de derechos humanos. 

Desde hace 16 días, la policía orteguista mantenía sitiada la diócesis de Matagalpa, sin dejar salir al obispo ni a otros 10 sacerdotes, seminaristas y personas laicas. El 5 de agosto anunció que había abierto una investigación contra el religioso por “organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad, con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”.  

Monseñor Álvarez Lagos es una de las voces de la jerarquía católica nicaragüense más críticas del régimen de Ortega y Murillo. En sus sermones, el obispo ha cuestionado con dureza los abusos cometidos por el régimen. Desde 2018, cuando la represión del gobierno recrudeció tras protestas masivas, Ortega y su esposa han culpado a la iglesia católica de promover la sedición y, a partir de este agosto, intensificaron esta persecución.