WASHINGTON, D.C. 21 de marzo de 2023 – En respuesta a la reintroducción del proyecto de Ley de Libertad para Exportar a Cuba y la carta bipartidista enviada al Presidente Biden instando a reducir las sanciones al sector privado en Cuba, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y el Centro para la Democracia en las Américas (CDA) emitieron la siguiente declaración:
El 6 de marzo, la oficina de la senadora Amy Klobuchar (demócrata de Minnesota) introdujo un proyecto de ley para levantar efectivamente el embargo comercial de 60 años de Estados Unidos a Cuba. Esta propuesta perenne, presentada en cada Congreso desde 2015, fue seguida por una carta bipartidista encabezada por el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden (D), el 15 de marzo, pidiendo a la administración Biden-Harris que alivie las restricciones al floreciente sector privado de Cuba, así como al comercio, las comunicaciones y los viajes con Cuba. WOLA y el CDA celebran los continuos esfuerzos de los senadores por impulsar una revisión de la política estadounidense hacia Cuba.
La Ley de Libertad para Exportar a Cuba (S.653) de la senadora Klobuchar permitiría a las empresas estadounidenses —sobre todo a los productores agrícolas— acceder al mercado cubano, mientras que las leyes contra las violaciones de los derechos humanos y las reclamaciones de propiedad del gobierno cubano seguirían en vigor. La senadora Klobuchar cuenta con tres patrocinadores demócratas y dos republicanos: Chris Murphy (D), Elizabeth Warren (D), Dick Durbin (D), Jerry Moran (R), y Roger Marshall (R). Esto representa el apoyo republicano más significativo para la medida en el Senado desde 2017, cuando tres republicanos patrocinaron el proyecto de ley. Eliminar las políticas estadounidenses que restringen el sector privado y la sociedad civil en Cuba y causan más daño a las comunidades vulnerables es de suma importancia para apoyar al pueblo cubano y el futuro de la isla. Es importante que el Congreso sea proactivo en la política hacia Cuba, y la naturaleza bipartidista de este proyecto de ley y de la carta es un hecho especialmente bienvenido.
Durante las últimas seis décadas, el embargo no ha favorecido los intereses estadounidenses de cambio en Cuba, sino que ha ido activamente en contra de los intereses de los productores y empresas estadounidenses. Muchos senadores republicanos y demócratas son conscientes de las consecuencias del embargo, incluido el senador Marshall, patrocinador por primera vez del proyecto de ley, quien señaló en un comunicado de prensa que “la derogación de las actuales restricciones legales y el embargo comercial a Cuba permitiría a los agricultores, ganaderos y fabricantes de Kansas ampliar sus negocios con Cuba y abriría la puerta a un gran mercado de exportación, al tiempo que dejaría en vigor medidas para hacer frente a los abusos contra los derechos humanos”. La reintroducción de la medida demuestra el apoyo continuo a la evolución de la política estadounidense hacia Cuba tras décadas de un enfoque contraproducente y ante los importantes reveses sufridos en los últimos años.
El mantenimiento de las sanciones estadounidenses, incluido el embargo, también se ha producido a expensas de las poblaciones más vulnerables de Cuba. Afecta a familias, empresarios, cubanos negros y LGBTQ+, y obstaculiza el progreso hacia una sociedad más justa e inclusiva. En este sentido, la carta del senador Wyden subraya además la necesidad de una política más inteligente y creativa que apoye firmemente al pueblo cubano al tiempo que mantiene la responsabilidad del gobierno de Cuba, señalando que el embargo no ha logrado “ninguna mejora notable en los derechos humanos, la democracia o la libertad económica en Cuba”. La carta recibió el apoyo de los senadores Cynthia Lummis (republicana de Wyoming) y Chris Van Hollen (demócrata de Maryland), que se sumaron a los llamamientos para que el presidente Biden tome medidas para reorientar el enfoque estadounidense hacia Cuba.
La voluntad política para el acercamiento de Estados Unidos con Cuba experimentó importantes reveses durante la administración Trump, que no solo revocó gran parte de la reorientación de la política estadounidense del presidente Obama, sino que amplió las sanciones. Por su parte, la respuesta represiva del gobierno cubano a las protestas del 11 de julio de 2021 en la isla y la posterior detención de cientos de manifestantes empañaron aún más las esperanzas de un nuevo capítulo en la tensa relación bilateral. No cabe duda de que el gobierno cubano no está exento de culpa en la actual crisis humanitaria a la que se enfrenta Cuba. El embargo, por su parte, tiene un grave impacto en la economía cubana y plantea obstáculos a la asistencia humanitaria en un momento en que el país se enfrenta a la escasez de productos básicos y suministros médicos.
Aunque la Casa Blanca ha tardado en cumplir sus promesas electorales, los constituyentes siguen siendo muy conscientes de que la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo y el embargo no favorecen el objetivo de la Administración de apoyar al pueblo cubano para que decida su propio futuro. WOLA y el CDA animan a la administración Biden-Harris a seguir estas exhortaciones bipartidistas en favor de un mayor acercamiento con Cuba. Esto permitiría a EE. UU. abordar mejor las cuestiones humanitarias y de seguridad nacional, hacer frente a la reciente afluencia de la migración cubana, y representar mejor la voluntad y las necesidades de los pueblos de los Estados Unidos y Cuba.