Los actos de violencia y vandalismo perpetrados contra edificios gubernamentales en Brasilia son un ejemplo estremecedor de los crecientes ataques contra la democracia que están teniendo lugar en toda América y de la necesidad de que los gobiernos tomen medidas para detenerlos.
El 8 de enero, partidarios del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron en el Congreso, el Tribunal Supremo Federal y el palacio presidencial. Se niegan a aceptar los resultados de las elecciones en las que Luiz Inácio Lula da Silva fue elegido presidente el pasado octubre y juró su cargo el 1 de enero de 2023. Según reportes de medios de comunicación, algunas de las personas involucradas en la violencia pidieron una intervención militar para restaurar a Bolsonaro en el poder o expulsar a Lula de su cargo.
«Los ataques en Brasilia son el resultado de un peligroso discurso basado en el odio, la desinformación y el desprecio por el Estado de derecho promovido implacablemente por Bolsonaro durante su mandato», dijo Carolina Jiménez Sandoval, presidenta en WOLA.
«La promesa del presidente Lula de investigar y procesar a los responsables de la violencia es un buen primer paso. Llevar a estas personas ante los tribunales, incluidas quienes incitaron a la violencia, enviaría un fuerte mensaje de que nadie está por encima de la ley.»
«Los sistemas democráticos constituyen la mejor línea de defensa contra las violaciones de derechos humanos. Por ello, los líderes mundiales deben seguir enviando el mensaje de que un ataque contra una democracia es un ataque contra todas las democracias», afirmó Jiménez Sandoval.
Los atentados de Brasilia, que recuerdan al reciente ataque del 6 de enero contra el Capitolio de Estados Unidos, generaron la condena generalizada de líderes sociales y políticos de todo el mundo, incluidos el gobierno de Biden y numerosos miembros del Congreso de Estados Unidos. Los ataques a la democracia que hemos presenciado en los últimos años dejan claro que los gobiernos deben adoptar una postura firme contra el extremismo y trabajar para construir y proteger los ideales democráticos en casa y en todo el mundo.