Desde la pandemia de COVID-19, Cuba se ha visto asolada por una escasez crónica y generalizada de productos de primera necesidad, incluidos alimentos y medicamentos. El 11 de julio de 2021, la frustración pública por la grave situación económica se desbordó a las calles y fue recibida con una dura represión por parte de las autoridades cubanas. Esta crisis económica ha desencadenado la mayor oleada de emigración de la isla desde la revolución de 1959. Aunque el gobierno cubano ha tomado medidas modestas para reformar la economía, como el reconocimiento de la propiedad privada y la legalización de empresas privadas, también ha tomado medidas preocupantes, como la de mantener la pena de muerte en el nuevo código penal o aplicar nuevas restricciones a la libertad de prensa y a la disidencia. WOLA colabora con organizaciones de defensa de los derechos humanos para pedir a los responsables políticos de EE UU y Cuba que den prioridad a las urgentes preocupaciones humanitarias del pueblo cubano.