WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas
19 Mar 2015 | Análisis | News

Actualización sobre el Programa Frontera Sur de México

Por Clay Boggs

El Programa Frontera Sur de México fue anunciado el 7 de julio del 2014. Su dicho objetivo es ordenar la migración en la región sur de México y proteger los derechos humanos de los migrantes que entran y transitan por el país. El plan ha coincidido con el fuerte aumento de deportaciones de México: según la Secretaría de Gobernación (SEGOB), México deportó a 107.814 migrantes en el 2014, de los cuales la gran mayoría eran centroamericanos. Eso es un aumento del 35 por ciento desde 2013, cuando las autoridades deportaron a 80.079 migrantes. El aumento de la deportación de niños es aún más alarmante: los 18.169 niños que México deportó en el 2014 representan un aumento de  117 por ciento desde el 2013, cuando la cifra era de 8.350.

El reforzamiento de medidas de seguridad en México, junto con los esfuerzos de seguridad fronteriza implementados en Centroamérica y la campaña agresiva de relaciones públicas creada para disuadir a migrantes centroamericanos de viajar hacia el norte, parecen haber contribuido a la disminución de niños no acompañados y unidades familiares llegando a los Estados Unidos. Las aprehensiones de “niños extranjeros no acompañados” realizadas por la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos (U.S. Border Patrol) en la zona suroeste del país han caído drásticamente, pasando de 10.631 en junio del 2014 a 2.432 en septiembre del 2014. La Patrulla Fronteriza informó que entre octubre del 2014 y febrero del 2015 las aprehensiones de niños migrantes no acompañados han disminuido un 42 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. Por lo tanto, los esfuerzos de México parecen haber impedido al menos parcialmente a los migrantes al corto plazo.

De hecho, estos esfuerzos fueron recibidos con aplausos en Washington, y más recientemente por el Presidente Obama, quien, después de reunirse con el presidente Peña Nieto el 6 de enero del 2015, elogió “los esfuerzos de México para hacer frente al incremento de niños no acompañados que vimos durante el verano”, y le dio crédito a estos esfuerzos por su rol en la reducción de migración infantil en la frontera con los Estados Unidos. Sin embargo, los niveles de migración a menudo varían con las estaciones. Al acercarse la primavera y el verano, podemos ver nuevamente un marcado aumento en el número de migrantes centroamericanos que llegan a la frontera de los Estados Unidos con México. En una entrada blog en la página web “Border Fact Check” de WOLA, Adam Isacson predijo que si las tendencias actuales continúan, más migrantes llegarán a los Estados Unidos en el 2015 que en cualquier año anterior, a excepción del 2014.

Aunque las autoridades han, en gran medida, mantenido a los migrantes fuera de los trenes en la zona sur de México, los migrantes y los traficantes ya están encontrando nuevas rutas para evadir la profusión de los puestos de control y las redadas a lo largo de la frontera sur de México. Los migrantes ahora toman autobuses informales de tercera categoría llamados “Tijuaneros” (porque siguen una ruta de Chiapas a Tijuana), o viajan por mar a lo largo de la costa de Chiapas y Oaxaca. Algunos migrantes siguen viajando en el tren en el sur de Mexico, corriendo gran riesgo personal. WOLA recibió recientemente información de un albergue en Tabasco sobre un migrante que saltó del tren durante una redada y se ahogó en un río mientras observaban agentes de migración. Otros migrantes simplemente caminan a través de las zonas rurales, en donde han sido asaltados por rancheros durante los últimos meses. En general los migrantes ahora son menos visibles, y a menudo se encuentran lejos de las casas de migrantes que se han desarrollado a lo largo de la ruta del tren. Sin la protección y el apoyo de los valientes sacerdotes, monjas y laicos, quienes dirigen estos albergues y denuncian los criminales y funcionarios corruptos que se aprovechan de los migrantes, los migrantes centroamericanos y de otros países que cruzan México son más vulnerables que nunca.

WOLA sigue recibiendo de los albergues reportes acerca de los abusos realizados por las autoridades. Los reportes expresan preocupación por las operaciones del control que se están llevando a cabo con poco respeto por el debido proceso legal, por la participación de soldados en estas operaciones y por los agentes que han detenido a migrantes mediante el uso de la fuerza. El gobierno mexicano ha fallado en proteger a los trabajadores de casas de migrantes, quienes a frecuencia son acosados y amenazados debido a sus esfuerzos para proteger a migrantes. Este fracaso fue dolorosamente evidente el 23 de noviembre de 2014, cuando dos trabajadores humanitarios fueron asesinados en el Estado de México por haber asistido a migrantes. Más recientemente, Carlos Bartolo Solís, director de la casa de migrantes en Arriaga, recibió amenazas por las redes sociales, aparentemente de parte de un individuo que había sido anteriormente encarcelado por cargos de trata de personas. (Esta fue sólo la más reciente amenaza contra Bartolo Solís.)

Desde el anuncio del Programa Frontera Sur, México ha hecho poco para abordar las preocupaciones planteadas por WOLA y otras organizaciones de derechos humanos. Reportes siguen surgiendo sobre la corrupción de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM). El 31 de enero de 2015, por ejemplo, un periódico de Veracruz publicó sobre un agente del INM que permitió la salida de un migrante detenido a cambio de un soborno de aproximadamente US$2.680.

México tampoco ha aumentado sus capacidades de protección de manera proporcional a su reforzamiento en la frontera. El presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) sólo aumentó en un 4 por ciento entre  el 2014 (aproximadamente US$1.66 millones) y el 2015 (aproximadamente US$1.73 millones). Mientras tanto, los solicitantes de asilo se enfrentan a un difícil camino para obtener la condición de refugiado: en 2014 sólo se aprobaron 16 por ciento de las solicitudes de asilo. La Mesa Transfronteriza Migraciones y Género recientemente documentó el caso de unos solicitantes de asilo salvadoreños y hondureños que fueron detenidos durante meses mientras esperaban una resolución para su caso, y al menos trece de ellos fueron sujetos al maltrato, incluso el abuso físico y verbal, por agentes del INM mientras se encontraban detenidos.

Para tratar estas preocupaciones del control migratorio, México debe tomar medidas concretas para enfrentar el problema extendido de corrupción y abuso dentro del INM y otros organismos encargados de la seguridad fronteriza y de la inmigración; los Estados Unidos debería dar prioridad a esos esfuerzos en su cooperación con México. Además, México necesita fortalecer e invertir en su sistema de protección, ampliando la presencia de la COMAR, incrementando la formación de los agentes del INM en la identificación de solicitantes de asilo y víctimas de la trata de personas y garantizando el acceso efectivo a la representación legal de los solicitantes de asilo. Los Estados Unidos también debe invertir en el fortalecimiento de la capacidad de protección en México.

CORRECCIÓN: Este página fue actualizado el 6 de abril de 2015 para corregir un error estadístico, anteriormente se refirió a un aumento de 54 porciento de deportaciones de México entre 2013 y 2014.