WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas

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12 Jul 2023 | Análisis

Cinco cosas que saber sobre las elecciones en Guatemala

Ana María Méndez-Dardón y Corie Welch

Guatemala celebró elecciones generales el 25 de junio, en las que Bernardo Arévalo, líder progresista del partido Movimiento Semilla, pasó inesperadamente a la segunda vuelta, junto a Sandra Torres del partido de derecha Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). El 1 de julio, La Corte de Constitucionalidad suspendió la publicación oficial de los resultados electorales y, después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) completara el proceso de revisión, los resultados se confirmaron pero no se hicieron oficiales, a pesar de que todo lo resuelto había sido cumplido, de acuerdo con la última resolución de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Se espera que la segunda vuelta de las elecciones se celebre el 20 de agosto, pero sin resultados oficiales, la situación es aún incierta. Todo esto en un contexto de retroceso democrático y de restricción de libertades. Estas son cinco cosas que hay que saber sobre las elecciones en Guatemala:

1. El resultado de las elecciones presidenciales de Guatemala desafió todas las predicciones ¿Qué nos dicen los resultados de la votación?

El 25 de junio, el 60,52 por ciento de los electores votaron en las elecciones presidenciales del país. La participación fue considerablemente inferior a la de elecciones anteriores. De estos votantes, hasta un 24,38 por ciento podría ser interpretado como una protesta contra el estado actual de la política guatemalteca y el statu-quo. El 17,38 por ciento de ellos expresó su descontento con la oferta electoral emitiendo un voto nulo para presidencia y vicepresidencia. Este voto nulo ocupó el primer lugar, superando a todos los candidatos en casi un 10 por ciento. Además, el 6,99 por ciento de los votos fueron en blanco. A pesar del descontento generalizado, los resultados preliminares anunciados por el TSE indicaban que los candidatos presidenciales Sandra Torres (15,86 por ciento) y Bernardo Arévalo (11,77 por ciento) pasarían a la segunda vuelta electoral en agosto.

Por un lado, fue una sorpresa para muchos, ya que Arévalo ocupó el octavo puesto en la última gran encuesta y el Movimiento Semilla, un partido progresista que rechaza abiertamente de la corrupción, denuncia el retroceso democrático y desafia al establishment político. Por otra parte, Torres se ha presentado tres veces a las elecciones presidenciales habiendo clasificado para la segunda vuelta. Obtuvo el apoyo de las zonas rurales que se beneficiaron de los programas sociales durante el gobierno de su exesposo Álvaro Colom, pero en general los votantes de clase media urbana la rechazaron. En 2019, Torres fue llevada ante la justicia e investigada por financiación electoral ilícita y asociación ilícita, pero quedó libre de cargos.

2. ¿Por qué no se han confirmado aún los resultados? ¿Están en riesgo las elecciones y la democracia? ¿Se suspende la segunda vuelta?

El 1 de julio, la Corte de Constitucionalidad (CC) suspendió el anuncio de los resultados, solicitando que se verificaran los votos. Las reclamaciones por motivos políticos han afectado a la integridad electoral y a la certeza jurídica. Nueve partidos descontentos, entre ellos Vamos, el partido del presidente Alejandro Giammattei, UNE, que representa a Torres, y Valor, asociado a Zury Ríos, hija del exdictador Efraín Ríos Montt, interpusieron denuncias legales y alegado públicamente que hubo “fraude”, pidiendo que se repitan las elecciones.

El 7 de julio, tras el fallo del tribunal, las juntas electorales cotejaron las actas de escrutinio del 25 de junio e informaron de ligeras variaciones porcentuales, confirmando los resultados preliminares. Sin embargo, el TSE declaró que mientras existan procesos administrativos y judiciales pendientes, los resultados no serían oficiales hasta que los tribunales certifiquen que la sentencia de cotejar las actas se ha cumplido en su totalidad. El mismo día, Silvia Valdés Quezada, presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), emitió una resolución en la que estipulaba que el proceso no podía avanzar hasta que las autoridades electorales que realizaron la revisión le informaran sobre sus métodos y las inconsistencias encontradas.

Las elecciones y la democracia están en riesgo ya que los resultados aún no se han hecho oficiales; a pesar de que la CSJ emitió una resolución el 10 de julio, confirmando el cumplimiento con la sentencia de la CC y rechazando provisionalmente los recursos para suspender el proceso. Sin embargo, aún está pendiente el anuncio oficial.

Según el TSE, la segunda vuelta no está suspendida y está prevista para el 20 de agosto, pero sin confirmación oficial por parte de los candidatos, la situación sigue siendo incierta. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) ha pedido a las autoridades guatemaltecas que respeten los resultados, debido a que una narrativa infundada de fraude es una amenaza para la democracia pero la judicialización del proceso sin reconocer la voluntad del pueblo puede constituir una violación de la democracia en sí misma.

3. ¿Fueron las elecciones “libres” y/o “justas” según las normas internacionales? ¿Qué han informado las misiones de observación, tanto nacionales como internacionales, sobre la jornada electoral?

Junto con Human Rights Watch (HRW) y RFK Human Rights, hicimos un llamado a la necesidad de proteger los derechos políticos y las elecciones libres, y expresamos nuestra preocupación por las condiciones preelectorales, ya que los observadores nacionales condenaron la insistencia del TSE en aplicar criterios diferenciados, discrecionales e incoherentes en la inscripción y el bloqueo de candidatos. Al final, no se cumplieron plenamente las normas internacionales, ya que se impidió la presentación de tres candidatos. La UE también señaló un “entorno intimidatorio para los medios de comunicación” que antes de las elecciones “dio lugar a la autocensura y limitó el acceso de los periodistas a la información y su libertad de informar durante el proceso electoral.”

Durante la jornada electoral, tanto la misión de observación electoral de la Unión Europea (UE) como la de la Organización de Estados Americanos (OEA) observaron una “jornada electoral satisfactoria” y no encontraron indicios de fraude o irregularidades importantes que pusieran en duda los resultados. Los observadores nacionales también validaron el proceso y concluyeron que no hay motivos para dudar de los resultados electorales.

En respuesta a las acusaciones de fraude y a las denuncias legales pendientes, la OEA y la UE expresaron su preocupación el 2 de julio, instando al Estado de Guatemala a respetar los resultados electorales y a honrar la voluntad del pueblo. El 8 de julio, tras observar las audiencias de verificación del recuento de votos, la OEA verificó que no había irregularidades en los resultados de las elecciones del 25 de junio.

4. Los guatemaltecos también votaron para elegir miembros del Congreso y representantes a nivel municipal ¿Sorprendieron estos resultados como en las elecciones presidenciales? ¿Cuáles son los principales retos de estas elecciones?

A diferencia de las elecciones presidenciales, las elecciones al Congreso y municipales arrojaron resultados más predecibles, ya que los partidos del establishment mantuvieron control de la legislatura y los gobiernos locales. De los 160 representantes elegidos para el Congreso, el partido Vamos del Presidente Giammattei obtuvo el mayor número de escaños, con 39, seguido por el partido UNE de Sandra Torres, con 28, y el partido Movimiento Semilla de Bernardo Arévalo, con 23. El resto de los escaños se repartieron entre una colección de candidatos de partidos de derechas con conexiones con la política tradicional y un historial de acuerdos con partidos como UNE y Vamos.

El retroceso democrático, la ruptura del Estado de Derecho y el deterioro de los derechos humanos se explican por la falta de independencia judicial. Tanto la Corte Suprema de Justicia (CSJ) como la CC han sido cooptadas por redes ilícitas y han jugado un papel importante en el exilio masivo de personas jueces y fiscales independientes y en el desmantelamiento de casos de corrupción de alto nivel.

Sin independencia en todos los poderes del Estado será difícil revertir las recientes tendencias autoritarias. El mandato de la CSJ expiró en octubre de 2019, pero el Congreso actual no ha nombrado nuevos magistrados en medio de acusaciones de irregularidades. El próximo Congreso determinará los próximos magistrados que serán nombrados como un proceso crucial para restaurar la independencia judicial y el respeto al Estado de Derecho. En caso de que la próxima persona que llegue a la Presidencia intente realizar reformas serias para restaurar la democracia en Guatemala, tendría que aliarse con el Congreso y promover iniciativas para eliminar los obstáculos en el poder judicial.

En los municipios, los partidos del establishment Vamos, Cabal y UNE mantuvieron el control, obteniendo juntos más de la mitad de las 340 alcaldías de todo el país. Los gobiernos municipales desempeñan un papel clave en la distribución de fondos estatales para proyectos de infraestructuras y el acceso a recursos estatales. La red política Vamos ha sido acusada de tener vínculos con el crimen organizado y el narcotráfico, así como de conceder favores y proyectos a redes corruptas para facilitar el blanqueo de dinero. Es probable que los proyectos fantasma, el acaparamiento de tierras y los ataques contra los defensores de los derechos humanos y las comunidades indígenas sigan siendo un reto importante en los municipios, independientemente de quién gane la Presidencia.

5. En un contexto marcado por el retroceso democrático, un candidato anticorrupción que promueva los derechos humanos podría ganar la Presidencia ¿Por qué sorprende tanto la elección de Arévalo? Si resulta electo ¿Qué retos podría tener por delante?

Tras un periodo de retrocesos en la lucha contra la corrupción y la impunidad, los resultados electorales muestran claramente que los guatemaltecos expresaron su rechazo al sistema político. Queda por ver si un candidato como Arévalo podría restaurar los valores democráticos y promover los derechos humanos. Pero históricamente, el partido Movimiento Semilla no ha estado ligado a las redes políticas con vínculos históricos con la corrupción, el crimen organizado o el despojo de las comunidades indígenas.

De hecho, el padre de Arévalo, Juan José Arévalo, fue el primer presidente de Guatemala elegido democráticamente, que marcó el comienzo de una era de profundas reformas sociales y constitucionales entre 1944 y 1954, conocida como la “Primavera Democrática”. El partido de Arévalo (el Movimiento Semilla) nació en otro momento de reformas estructurales en Guatemala en 2015. Masivas protestas en todo el país lograron destituir al presidente Otto Pérez Molina después de que la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) destapara su implicación en graves casos de corrupción. Aunque carece de representación de líderes indígenas, el movimiento Semilla está conectado con académicos, votantes urbanos, jóvenes y activistas contra la impunidad.

Dicho esto, para que esta restauración sea posible, es necesario que se produzca la segunda vuelta electoral de agosto. Si Semilla gana la Presidencia, se enfrentará a un Congreso dividido, en el que no tiene la mayoría, a un sistema judicial cooptado y a una fuerte resistencia de las élites vinculadas al ejército y al sector privado. El camino hacia la democracia sigue siendo largo.