WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas
19 Oct 2023 | Pronunciamiento de WOLA

La migración no puede ni debe bloquearse. Pero puede gestionarse.

Las Américas afrontan niveles de migración sin precedentes. Muchas personas migrantes y solicitantes de asilo están llegando a Estados Unidos, pero la gran mayoría busca refugio en países vecinos. Aquí algunos datos para poner en contexto este momento.

1. LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS MIGRANTES QUE LLEGAN A ESTADOS UNIDOS EJERCEN SU DERECHO A SOLICITAR ASILO

El asilo es un derecho garantizado por ley

  • Es una norma que surgió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los países acordaron que nunca más cerrarían sus fronteras a personas en peligro. Estados Unidos ratificó la Convención Sobre el Estatuto de Refugiados en 1968 y aprobó su Ley de Refugiados en 1980, que consagran que si una persona se encuentra en suelo estadounidense y teme perder la vida o la libertad si regresa a su país, por razones de raza, religión, nacionalidad, creencias políticas o afiliación en un grupo social, tiene derecho a solicitar asilo y recibir el debido proceso —sin importar cómo llegó a suelo estadounidense—.

La mayoría de las personas que llegan a Estados Unidos se entregan a las autoridades al llegar y piden asilo

  • En agosto de 2023, las autoridades estadounidenses encontraron 232.972 personas que buscaban migrar en la frontera entre Estados Unidos y México. El 56 por ciento eran niños y niñas, algunos acompañados de sus padres y madres. La mayoría buscaba asilo: 145.278 fueron liberados en el interior de Estados Unidos con avisos de comparecer ante un tribunal de inmigración.
  • Según los últimos datos sobre asilo, el 49 por ciento de quienes buscaron protección en los Estados Unidos cuyos casos llegaron a una decisión recibieron asilo u otra forma de alivio durante el año fiscal 2023.

Otros países están viviendo el mismo fenómeno

  • «Son tiempos sin precedentes, nunca en la historia de la humanidad hemos tenido tantas personas migrantes en movimiento como en la actualidad», dijo el 10 de octubre el Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols. «Unos 28 millones de personas migrantes en nuestro hemisferio se están moviendo por diversas razones”.
  • Colombia: más del 5 por ciento de la población actual ha venido de Venezuela desde mediados de la década de 2010.
  • Costa Rica: 253.000 personas (o el 5 por ciento de la población) han solicitado asilo en Costa Rica desde 2018.
  • México: al ritmo actual, más de 150.000 personas (un récord por lejos) habrán solicitado asilo en México para finales de 2023.
  • El número de personas venezolanas recién llegadas que viven en Estados Unidos se acerca al millón (sumando el aproximadamente medio millón que estaban aquí en 2021 a los 450.000 que han llegado desde 2022). Pero por cada persona venezolana que se establece en Estados Unidos, más de 6,5 millones de compatriotas viven en otros lugares, en América Latina y Europa.

2. ESTADOS UNIDOS DEBE INVERTIR EN LA GESTIÓN (DE FORMA HUMANA Y OPORTUNA) DE LAS PERSONAS MIGRANTES Y SOLICITANTES DE ASILO, NO EN MÁS SEGURIDAD FRONTERIZA

La llegada a gran escala de personas migrantes solicitantes de asilo siempre será un desafío. Pero sería manejable si el gobierno de Estados Unidos invirtiera en el personal e infraestructura necesarios para su procesamiento, y ofreciera alternativas a la detención y la adjudicación de casos.

  • Actualmente, 659 jueces y juezas de inmigración tienen un acumulado de 2,1 millones de casos, incluyendo al menos 850.000 casos de asilo pendientes.
  • La Patrulla Fronteriza ha contratado a casi 1.000 civiles para la “coordinación de procesamiento” para trabajar con las personas migrantes que se entregan en la frontera. Pero eso no es suficiente: la mayor parte del papeleo de procesamiento todavía lo completan agentes armados y uniformados, cuya formación se centra en tareas de orden público. Si esos miembros de las fuerzas de seguridad pudieran volver a las filas mientras otros procesan, no habría escasez de agentes.

En vez de resolver este problema, Estados Unidos está centrando sus esfuerzos en abordar la migración desde una perspectiva de seguridad: la frontera entre Estados Unidos y México ya ha visto un enorme aumento de seguridad en los últimos 30 años. La Patrulla Fronteriza ha quintuplicado su tamaño a casi 20.000 agentes. Se han construido alrededor de 1192 kilómetros de muro, repletos de cámaras y sensores de alta tecnología.

  • Hoy tenemos una frontera que está bien equipada para capturar y encarcelar a traficantes de drogas, inmigrantes económicos adultos solteros y (según los grandes aumentos de financiación posteriores al 11 de septiembre de 2001) terroristas, pero no para atender a solicitantes de asilo en situación de vulnerabilidad.

La mayoría de las personas migrantes que llegan a la frontera tramitan casos de asilo, ya sea tras su detención por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) o tras su puesta en libertad en el interior de Estados Unidos. En agosto, la mayoría eran niños y niñas, o padres y madres con hijos de múltiples nacionalidades.

  • Este cambio en el perfil de las personas migrantes no es una tendencia nueva: el primer salto significativo en la migración infantil y familiar, y en la migración no mexicana, ocurrió durante la administración Obama, a finales de 2013 y principios de 2014.

3. LAS PROPUESTAS LEGISLATIVAS DE LOS “HALCONES FRONTERIZOS”, COMO LA “LEY DE SEGURIDAD FRONTERIZA” (H.R.2), PONDRÍAN EN PELIGRO MILES DE VIDAS

El 11 de mayo la Cámara de Representantes aprobó la “Ley para Proteger la Frontera” (H.R.2) en una votación partidaria de 219-213. Dos miembros republicanos, y todos demócratas, votaron en contra de este proyecto de ley, que haría retroceder casi por completo el derecho a buscar asilo a las personas que se encuentran en suelo estadounidense y solicitan protección.

De implementarse esta medidas habrá muertes de personas

  • Para el año fiscal 2023 en los tribunales de inmigración de Estados Unidos, el 49 por ciento de los casos de asilo que llegaron a una decisión resultaron en la concesión de asilo u otro tipo de protección. Entre octubre de 2022 y agosto de 2023, se pudo evitar la muerte, la tortura o daños graves de 31.459 personass gracias a la aplicación de leyes y procedimientos de asilo existentes. [1]
  • De haber sido aprobada una ley como H.R. 2, el asilo le habría sido denegado a casi todos los solicitantes. La mayoría de esas 31.459 personas habrían sido devueltas a un peligro real debido a un intento equivocado de “disuadirles”.

De todos modos, estos enfoques de línea dura tampoco han sido eficaces en reducir la migración

  • Desde 2014 hemos visto, entre otros esquemas de disuasión, el “Plan Frontera Sur” de México respaldado por Estados Unidos, los centros de detención familiar, las separaciones familiares crueles, la política de “Quédate en México”, la política de expulsiones durante la pandemia conocida como Título 42, y la política de asilo de la administración Biden conocida como “Prohibición de Tránsito” o “Transit Ban” en inglés.
  • Ninguna de estas políticas ha logrado reducir la migración por más de unos meses. Las llegadas a la frontera entre Estados Unidos y México siguen aumentando, porque siguen sin abordarse factores como la inseguridad y la pobreza, agravadas por el débil estado de derecho, la corrupción, la desigualdad y la crisis climática.

Conclusión: El gobierno de Estados Unidos no puede causar mayor sufrimiento que el de devolver a alguien a un barrio controlado por pandillas, o un país bajo una dictadura cruel, o bajo un gobierno que persigue a alguien por su grupo étnico, identidad religiosa, género, orientación sexual o afiliación política, o a otras formas de violencia o persecución bajo gobiernos que no quieren o no pueden proteger a sus ciudadanos.

“He escuchado a algunas personas hablar sobre control migratorio y cierre de fronteras, y sabemos que no funciona”, dijo recientemente a Associated Press Ugochi Daniels, subdirector de operaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). “Sabemos que la gente sabrá encontrar la manera de moverse, pero será más riesgoso y estarán más expuestos. No se puede controlar la migración; puedes gestionarla”.

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