WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas

(Foto AP/Ramon Espinosa)

18 Apr 2019 | Comunicado de prensa

Las nuevas políticas de la Administración de Trump sobre Cuba reciben una condena generalizada

Washington, DC— Ayer, el gobierno de Trump anunció que pondría fin a décadas en la política de Estados Unidos hacia Cuba al permitir que los ciudadanos de los Estados Unidos presenten demandas por propiedades incautadas después de la revolución de 1959. Al mismo, se notificó sobre el aumento de las restricciones a las remesas y a los viajes de no-familiares a Cuba. El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el Asesor de Seguridad Nacional del presidente, John Bolton, han dicho que estas acciones tienen la intención de presionar a Cuba para que retire su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y forzar cambios internos en Cuba. Según el grupo de investigación y defensa la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), es poco probable que este enfoque punitivo cambie la política cubana hacia Venezuela o produzca cambios internos en Cuba. Solo causará un mayor sufrimiento a los cubanos.

“Las nuevas políticas han sido condenadas por varios destacados miembros del Congreso, el Consejo Empresarial Estados Unidos-Cuba de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, otras coaliciones empresariales de los Estados Unidos e importantes aliados internacionales como la Unión Europea y Canadá. Como dijo el congresista McGovern, tales nuevas políticas son ‘simplemente estúpidas’”, dijo el vicepresidente de programas de WOLA, Geoff Thale.

De acuerdo con las nuevas políticas, las remesas enviadas por ciudadanos de los Estados Unidos a familias en Cuba se limitarán a $1,000 por persona cada tres meses. Anteriormente, las remesas eran ilimitadas y desempeñaban un papel importante ayudando a las familias cubanas y fortaleciendo el sector privado cubano. Mientras tanto, se espera que los límites a los viajes de no-familiares a Cuba tengan un impacto grave en el importante sector de alojamientos de Cuba, así como en otras industrias relacionadas con el turismo.

El otro cambio en la política de los Estados Unidos hacia Cuba incluye la plena implementación del Título III de la Ley Helms-Burton. Esto permitirá a los ciudadanos de los EE.UU. presentar demandas contra compañías extranjeras que tienen inversiones relacionadas con tierras confiscadas durante la Revolución cubana. El Washington Post informó que unas 6,000 de estas potenciales demandas podrían resultar en decenas de miles de millones de dólares en reclamaciones contra empresas extranjeras y cubanas, así como entidades gubernamentales cubanas.

“Este último movimiento de la administración Trump solo castiga al pueblo cubano y aliena a nuestros aliados”, dijo Thale. “Menos viajeros a Cuba también significa menos oportunidades para que los cubanos y los visitantes de Estados Unidos interactúen y se relacionen entre sí, compartiendo ideas e información. Como lo han demostrado las últimas décadas de políticas fallidas estadounidenses, aislar a Cuba y tratar de estrangular su economía no va a doblegar al país a la voluntad de Estados Unidos y ciertamente, no va a alentar debates internos ni reformas políticas ni económicas”.

El gobierno de Trump ha revertido en gran medida la apertura de las relaciones del presidente Obama con Cuba, aunque las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses apoya el levantamiento del embargo y más viajes y comercio con Cuba.

“En lugar de usar la intimidación como técnica diplomática, el camino a seguir debe ser más compromiso, más viajes y más oportunidades comerciales entre los Estados Unidos y Cuba”, dijo Thale.