(AP/Ramon Espinosa)
(AP/Ramon Espinosa)
Mientras Cuba sigue lidiando con el devastador impacto del huracán Ian, el 18 de octubre, la administración Biden anunció que Estados Unidos proporcionará, a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), 2 millones de dólares en fondos para ayuda de emergencia a las comunidades afectadas en la isla. Según la información oficial, el gobierno estadounidense trabajará con organizaciones humanitarias independientes para proporcionar la ayuda y actualmente está revisando una serie de solicitudes. Un funcionario estadounidense dijo que la asistencia no se destinará al gobierno cubano. La asistencia humanitaria es de vital importancia ya que los cubanos se enfrentan a un deterioro de la crisis humanitaria, social, económica y energética.
El anuncio se produce después de una solicitud de asistencia a Estados Unidos sin precedentes por parte del gobierno cubano poco después del huracán. Esta asistencia es una respuesta política humana para apoyar a los cubanos vulnerables y representa un probable progreso en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, un cambio importante de la administración Trump. En los próximos meses, Estados Unidos debe seguir trabajando para evaluar qué otra asistencia humanitaria es necesaria para apoyar al pueblo cubano.
Después de que la tormenta tocara tierra como categoría 3 el 27 de septiembre, arrasó con la red eléctrica y envió a Cuba a un apagón total. Las cifras oficiales revelan que el 60% de las viviendas resultaron gravemente dañadas en la provincia de Pinar del Río. Muchos siguen sin electricidad ni comunicación estable, por lo que aún se desconoce la magnitud total del desastre. El huracán agravó los problemas del ya frágil sector eléctrico de la isla y también acabó con la mayor parte de la producción de tabaco, así como con casi 9.000 hectáreas de cultivos, como plátanos, yuca, arroz y maíz, en tres provincias. Los continuos cortes de energía y la falta de productos de primera necesidad a la que se enfrenta el pueblo cubano son preocupantes, especialmente porque algunos hogares pasan hasta 100 horas sin electricidad a la vez.
La demora de la Unión Eléctrica de Cuba en el restablecimiento de la energía alimentó las protestas en La Habana y otras partes de la isla durante semanas, con personas que pedían que se restableciera la energía y la Internet, que se había caído dos veces en los días inmediatamente posteriores al huracán. La escasez de energía también significaba que la gente tenía muy poco o ningún acceso al agua potable y tenía que tirar la comida podrida, lo que agravaba la escasez de bienes existente. Justicia 11J, una organización que supervisa la detención de manifestantes desde 2021, informó de que 52 personas habían sido detenidas desde el 29 de septiembre tras las manifestaciones que se produjeron durante los prolongados apagones que se produjeron tras el colapso de la red eléctrica. También informaron de que las fuerzas de seguridad y los cadetes militares vestidos de civil se enfrentaron a los manifestantes, y que varios de los manifestantes podrían enfrentarse a cargos como vandalismo e insultos a funcionarios y a las fuerzas del orden. Estas recientes detenciones son también preocupantes si se tiene en cuenta que unas 750 personas detenidas en el contexto de las protestas del 11 de julio de 2021 siguen en prisión. Esto representa violaciones inaceptables de los derechos civiles y políticos básicos. En los últimos años, actores sociales con intereses divergentes han comenzado a hacer demandas desde la base, impulsando un aumento del activismo político. El gobierno cubano ha respondido a estas transformaciones con represión y censura, profundizando la supresión del espacio cívico en lugar de escuchar las demandas de sus ciudadanos y respetar su derecho a la protesta pacífica.
WOLA reconoce la necesidad de suministrar la tan necesitada ayuda humanitaria de Estados Unidos al pueblo cubano a través de organizaciones internacionales. Estos recursos pueden apoyar la frágil infraestructura de Cuba y ayudar a prevenir la falta de energía en los hospitales que desencadena muertes evitables, derrumbes de edificios y viviendas inhabitables. El apoyo sostenido al pueblo cubano es especialmente crítico en este momento, ya que este desastre natural sin duda acelerará la grave crisis energética y económica del país, entre otros desafíos que enfrentan los cubanos, que se han visto exacerbados por las sanciones de larga data de Estados Unidos sobre el país.
