WOLA: Advocacy for Human Rights in the Americas
8 Apr 2014 | Análisis | Noticias

El Twitter cubano de USAID: La “promoción de la democracia” hace más daño que bien

Comentario de WOLA

Por Marc Hanson

Horas después de que el Vicepresidente Joe Biden dio la bienvenidaa la famosa bloguera y activista política de los medios sociales Yoani Sánchez para una reunión de alto perfil, el Associated Press (AP) publicó un artículo sobre un programa clandestino de la Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (U.S. Agency for International Development, USAID) que supuestamente robó miles de números de teléfono celulares cubanos en un elaborado intento para provocar tensiones sociales en Cuba.
 
Según AP, en el 2010 la Oficina de Iniciativas de Transición (Office for Transition Initiatives) de USAID y un contratista del gobierno estadounidense, Creative Associates,crearon en secreto una plataforma para teléfonos celulares semejante a Twitter que permitía a contratistas de tecnología de la información recopilar datos privados de sus 40.000 usuarios cubanos y emitir mensajes escritos a los suscriptores. La plataforma, llamada ZunZuneo, también permitía a los cubanos comunicarse a través de mensajes escritos con las personas que estaban suscritas a su cuenta.

Aunque la plataforma era popular entre sus usuarios cubanos, Creative Associates fue incapaz de encontrar una forma de hacerla financieramente sostenible y ZunZuneo desapareció abruptamente cuando los fondos gubernamentales que recibía se extinguieron en septiembre del 2012. Al final, en forma similar a otras iniciativas de USAID que son descritas como “promotoras de la democracia” pero en realidad parecen dirigidas a crear problemas para el gobierno cubano, el programa ZunZuneo se convirtió en un fracaso costoso que no sólo implicó la pérdida de millones de dólares sino que, además, es probable que haya socavado los esfuerzos genuinos de reforma interna en Cuba mientras dañaba la reputación del gobierno de Estados Unidos en la región. El programa es otro desagradable recordatorio de cómo un grupo insular de políticos bien posicionados de la Florida y Nueva Jersey han protegido durante mucho tiempo derrochadores programas de USAID que dañan los intereses más amplios de Estados Unidos.  

Mientras que el artículo de AP con toda razón ha llamado una gran atención al exponer tal controversial aproximación para comunicar con cubanos, ni siquiera mencionó otro tema referido a los equivocados programas para Cuba de la USAID: la existencia de íntimas relaciones de los contratistas con funcionarios gubernamentales de alto nivel.
 
En el 2005, Caleb McCarry fue nominado como Coordinador de la Transición en Cuba (Cuba Transition Coordinator), un nuevo y controversial cargo en el Departamento de Estado de la administración de Bush que fue establecido para “acelerar el fin de la tiranía de Castro”, según la entonces Secretaria de Estado Condoleezza Rice. En términos más prácticos, McCarry fue contratado para asignar millones de dólares del financiamiento de Estados Unidos a disidentes cubanos y a los grupos cubano-americanos que los apoyan. El cargo de McCarry fue creado pese al hecho de que muchos disidentes cubanos se oponían a la existencia de un “Coordinador de la Transición en Cuba” y señalaban que el financiamiento del gobierno de Estados Unidos permitiría al gobierno cubano acusar a los disidentes de ser mercenarios extranjeros.

En el 2006, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (Government Accountability Office, GAO) emitió un informe señalandoque la mayoría de los 74 millones de dólares gastados para promover la democracia en Cuba no estaban sujetos a ofertas competitivas o a supervisión responsable. Es decir, los programas de Estados Unidos para desafiar al gobierno cubano estaban repletos de derroche y fraude.

No obstante, los programas de la USAID continuaron. En 2008, Creative Associatesganó un contrato de 6.5 millones de dólares para promover la democracia en Cuba, pese a que no tenía ninguna experiencia de trabajo en el país. Inmediatamente después de que Creative Associates ganó el contrato para Cuba, McCarry dejó el Departamento de Estado y se situó al otro lado del dinero para Cuba, uniéndose a Creative Associates. Dos años más tarde, se informa que Creative Associates persiguió 2.5 millones de dólares adicionales del dinero para Cuba. Es sólo ahora, seis años después de que USAID contrató a Creative Associates para promover la democracia en Cuba, que comenzamos a conocer sobre el lamentable historial del programa.

Peor aún, la programación subrepticia de USAID para Cuba ha incurrido en altos costos humanos también. Al mismo tiempo que Creative Associates fue contratado por USAID, Development Alternatives Incorporated(DAI) también ganó una parte del dinero de Estados Unidos dedicado a democratizar a Cuba.
 
En el 2009, el empleado de DAI Alan Gross fue arrestado en Cuba por entregar equipamiento de Internet por satélite a la comunidad judía en Cuba mientras que mentía en documentos oficiales cubanos sobre los propósitos de su visita al país. De acuerdo a un ex abogado de USAID, los funcionarios del gobierno de Estados Unidos tenían que conocer con certeza que Gross, quien no contaba con experiencia para desempeñar operaciones semi-encubiertas, sería arrestado. En 2010, Gross fue sentenciado a 15 años de prisión y los repetidos reclamos del gobierno de Estados Unidos para su liberación incondicional no han tenido éxito.

En un artículo reciente, el columnista de Bloomberg Jeff Goldberg señaló que Gross estaba “en esencia, abandonado por el gobierno que lo envió a Cuba”. Si bien esta falta de acción es preocupante por sí misma, parece aún más notorio cuando se considera que ZunZuneo—un increíblemente mal concebido programa—parece haber sido activado después de que Gross fue arrestado. El gobierno de Estados Unidos no sólo abandonó a Gross; continuó desarrollando actividades riesgosas en Cuba que, de ser descubiertas, seguramente provocaren la ira del gobierno cubano y así, potencialmente, continuar poniendo en peligro el bienestar de Gross.
 
Desde el arresto de Gross, los políticos que son los más firmes partidarios del embargo y los defensores más agresivos de las programas de USAID para la democracia en Cuba han utilizado su encarcelamiento como argumento contra cualquiera mejoría en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Continúan presionando a la administración de Obama para que no negocie con los cubanos a fin de lograr la liberación de Alan Gross. Un grupo de senadores, incluyendo a los senadores cubano-americanos Robert Menéndez y Marco Rubio, enviaron una carta al presidente reclamando por la liberación incondicional de Gross. Es revelador que Menéndez y Rubio no firmaron una carta de otros 66 senadores, la cual llamaba a la administración de Obama a hacer todo lo posible para traer a Gross a casa, ya que tal mensaje podría implicar negociaciones con el gobierno cubano.

Al final, los contraproducentes programas de USAID tales como el derrochador proyecto en los medios sociales de Creative Associates, no solo no alcanzan sus objetivos; también sirven para mantener elevados niveles de conflicto entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos.

El objetivo de la actual política de Estados Unidos hacia Cuba es supuestamente ayudar al pueblo cubano a ejercer sus derechos humanos fundamentales y disfrutar de mayores oportunidades económicas. Poner fin al embargo de Cuba ayudaría mucho más a lograr tales fines.
 
Marc Hanson es Coordinadora Principal del Programa de Cuba de WOLA.